El rey del país Sở estaba en un viaje de
caza. Extravió su arco. Su séquito lo estaba buscando activamente, pero
él dijo: “¡No importa! Un hombre de Sở perdió un arco, un hombre de Sở
lo encontrará: ¡no hay pérdida!”
Cuando Confucio se enteró de la historia, suspiró: “¡El rey Sở es un pensador tan pequeño! ¿Por qué especificó a las personas Sở? ¿No sería mejor que dijera: “Un hombre perdió un arco, otro hombre lo encontrará”?
* * * * *
El rey de Sở era un monarca generoso y considerado. No quería molestar a su pueblo y quería beneficiarlos. Sin embargo, Confucio todavía pensaba en él como hombre menor, porque el rey sólo sabía cuidar de su propia gente: su humanidad no era lo suficientemente amplia como para incluir a toda la humanidad.
En estos tiempos modernos, la historia parece repetirse. El rey chino pone a su país primero. El rey estadounidense sólo se preocupa por su pueblo a expensas de todos los demás. Las personas están divididas sobre ideologías políticas en lugar de unirse para construir el bien. Proclamar: “¡Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande!” sólo tendrá el efecto contrario.
Cuando Confucio se enteró de la historia, suspiró: “¡El rey Sở es un pensador tan pequeño! ¿Por qué especificó a las personas Sở? ¿No sería mejor que dijera: “Un hombre perdió un arco, otro hombre lo encontrará”?
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El rey de Sở era un monarca generoso y considerado. No quería molestar a su pueblo y quería beneficiarlos. Sin embargo, Confucio todavía pensaba en él como hombre menor, porque el rey sólo sabía cuidar de su propia gente: su humanidad no era lo suficientemente amplia como para incluir a toda la humanidad.
En estos tiempos modernos, la historia parece repetirse. El rey chino pone a su país primero. El rey estadounidense sólo se preocupa por su pueblo a expensas de todos los demás. Las personas están divididas sobre ideologías políticas en lugar de unirse para construir el bien. Proclamar: “¡Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande!” sólo tendrá el efecto contrario.