Despreciar a los demás

Tử Kích (TK) era un funcionario rico y poderoso. Vio a Điền Tử Phương (DTP), un erudito pobre pero reputado, e inmediatamente descendió de su carruaje para saludarlo. DTP ignoró por completo a TK.
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TK estaba molesto y dijo: "Los ricos y poderosos tienen derecho a menospreciar a los demás, ¿pueden los pobres y los indigentes permitirse hacer lo mismo?"
DTP respondió: “Los pobres y humildes ciertamente tienen derecho a despreciar a los demás. ¿Cómo pueden los altos y poderosos atreverse a hacerlo? Un rey que desprecia a otros puede perder su país y un funcionario que desprecia a otros puede perder su posición. Para alguien que es competente y sin embargo necesitado (como yo), dondequiera que vaya, el rey y los funcionarios no valoran su consejo y se niegan a implementar sus estrategias, ¿qué tiene que perder si menosprecia a los demás?

Después de que TK se enteró, se disculpó con DTP.
 
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TK es arrogante debido a su riqueza y poder. DTP es arrogante debido a su intelecto. La anécdota favorece el intelecto sobre la riqueza y el poder.

Sin embargo, ése es solo el camino de la gente común que valora las cosas materiales o el conocimiento sobre la virtud. Ya sea que uno sea pobre e inteligente o rico y poderoso, la arrogancia refleja un gran ego que incesantemente crea ofensas generando así futuras retribuciones de sufrimiento y miseria.
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Independientemente de su estado de riqueza e intelecto, será más feliz siendo humilde.