Aprendiendo de los libros

El rey Hoàn Công estaba leyendo. (Se sabe que era un rey muy competente durante los Reinos Combatientes en China). Su carpintero, que estaba haciendo ruedas para carretas, se le acercó y le preguntó: "¿Qué está leyendo Su Alteza?"

El rey respondió: “Estoy leyendo las enseñanzas de los sabios”.

"¿Siguen vivos?"

"No, todos están muertos".
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"¡Entonces, Su Alteza solo está recogiendo cosas rechazadas!"
"¿Cómo te atreves? ¡Explícate rápido o te haré cortar la cabeza!”

“Simplemente estaba deduciendo de la forma en que hago ruedas de madera. Deben tallarse a la perfección: ni demasiado pequeñas ni demasiado grandes. Cada vez es diferente y no se puede seguir ningún proceso preestablecido. Esto no se puede explicar en detalle. Es por eso que no pude enseñar a mis hijos ni ellos pudieron aprenderlo completamente de mí. Como resultado, incluso a la madura edad de 70 años, ¡todavía tengo que fabricar ruedas madera para carretas de madera!

Del mismo modo, la profunda sabiduría de los antiguos no puede transmitirse a generaciones posteriores. Lo que está escrito puede considerarse conocimiento rechazado por los antiguos.”

El rey amaba la lógica. Perdonó al artesano de la madera e incluso le dio una generosa recompensa.
 
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Las palabras escritas no pueden transmitir la esencia de las enseñanzas de los sabios.

Incluso la escuela de meditación Chan reconoce que las enseñanzas de los seres iluminados deben transmitirse “sin depender de palabras o idiomas”. En otras palabras, entrenamos a los estudiantes para que lo experimenten ellos mismos en lugar de darles conocimientos.
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Las personas mundanas sobrevaloran el conocimiento y los puntos de vista en lugar de enfatizar el desarrollo de la verdadera sabiduría a través del entrenamiento personal.